Nuevos enfoques para la prevencion del delito Por Enrique Hugo Muller Solón

Trujillo debe ser el centro piloto del modelo de trabajo conjunto, planificado, coordinado y evaluado de autoridades, ciudadanos y policías para prevenir el delito

La delincuencia tiende a ampliarse, cobrando más fuerza y volviéndose más compleja. Debido a esto cada vez es más urgente y un factor fundamental para alcanzar éxitos reales de una intervención en materia de seguridad ciudadana la necesidad de aunar esfuerzos de autoridades locales, ciudadanos y policías, frente al flagelo de la delincuencia que se ha convertido en una amenaza contra la población y un obstáculo para el desarrollo socioeconómico de nuestra ciudad. Estos esfuerzos deben surgir de la sociedad civil y materializarse a través de una Mesa de Trabajo permanente en una estrategia concertada que promueva una amplia participación de actores provenientes de los órganos de control social formal del Estado así como del sector público, del sector privado y de manera particular de la comunidad. Es fundamental promover una gestión preventiva y proactiva para la superación de la violencia y del delito, una visión integral del problema y un trabajo definido en el que la articulación intersectorial es un factor necesario.

Para lograrlo y a la luz de las experiencias latinoamericanas de prevención comunitaria del delito, es indispensable consolidar un diagnóstico compartido sobre el problema, identificar los objetivos comunes, establecer las metas para cada uno de los actores y asignar claramente las responsabilidades. Ante la rigidez institucional propia de los organismos públicos y la fuerte desconfianza en las relaciones entre autoridades y comunidad, es aconsejable realizar cursos, seminarios y talleres de sensibilización y capacitación conjunta. Intentar aplicar estos nuevos enfoques para la prevención de la criminalidad, pasa por consolidar una nueva relación entre las autoridades locales, la ciudadanía y la policía, lograrlo no es tarea difícil pues todos ellos tienen a sus máximos representantes en las autoridades que conforman los Comités Regionales, Provinciales y Distritales de Seguridad Ciudadana (presididos por el Presidente del Gobierno Regional, Alcalde Provincial y Alcaldes Distritales respectivamente), quienes utilizando los instrumentos rectores que dirigen el sistema nacional de seguridad ciudadana (Ley Nº 27933), tienen la facultad de formular los planes, programas, proyectos y directivas de seguridad ciudadana en sus respectivas jurisdicciones, así como ejecutarlos,  supervisarlos y evaluarlos, conforme al mandato imperativo de la Ley.  No planificar de manera conjunta el trabajo preventivo acorde con estas nuevas experiencias y enfoques en la lucha contra la delincuencia, es mantener un sistema en donde priman los fines individuales de la comunidad en su afán de buscar protección contra el delito, que por otro lado no consigue disminuir la falta de solidaridad, la sensación de inseguridad ni el miedo al delito. No aplicar las nuevas tendencias de prevención, significa seguir exigiendo a la Policía Nacional que sea la única Institución que siga asumiendo la responsabilidad del problema de la seguridad ciudadana, por consiguiente dejar las cosas como están y ver como día a día se va generando una mayor crisis de inseguridad.

Sobre los nuevos enfoques de prevención del delito que se vienen aplicando exitosamente en el mundo, los estudiosos del tema y los criminólogos coinciden en opinar que el éxito de una adecuada estrategia de prevención contra el delito, reside en saber combinar adecuadamente las distintas opciones existentes, sin caer en el error de considerar que hay una solución única al problema de la delincuencia. La mayor parte de países en el mundo, vienen aplicando los siguientes modelos para la prevención del delito: Prevención Situacional, Prevención Social y Prevención Comunitaria. Estas nuevas corrientes de control social, en el caso de nuestro país, no se contraponen bajo ningún punto de vista, a los métodos profesionales utilizados por la Policía Nacional para combatir el delito. La Prevención Situacional busca reducir las oportunidades que tiene el criminal para delinquir, la Prevención Social trata de disminuir los factores de riesgo; y, la Prevención Comunitaria persigue involucrar a la ciudadanía para hacer frente al delito, todas ellas tienen que aplicarse de manera paralela, planificada y monitoreadas en cuanto a sus resultados en base a indicativos y cumplimiento de objetivos.

Efectivamente, en la actual situación de violencia delincuencial que se vive en nuestro país y particularmente en nuestra ciudad, la preocupación relevante de la sociedad no es el incremento de las tasas de delitos cometidos, sino el aumento de violencia de las agresiones de los delincuentes al cometer estos hechos ilícitos,  y que prioritariamente es lo que constituye la base real del sentimiento de inseguridad que se extiende por la sociedad. Algunos sectores de la población han ido optando por salidas privadas de protección, como el cierre con tranqueras y rejas de los espacios públicos (calles, pasajes, parques, vías de acceso, etc.), la contratación de vigilantes particulares formales o informales y hasta existen grupos de personas que se ven obligados a aceptar (por temor lógicamente) el “chantaje” de pseudas organizaciones ilegales que ofrecen seguridad de residencias y bienes, conformadas por personas que manifiestan abiertamente haber cumplido condena por la comisión de algún delito y que con la finalidad de reintegrarse a la sociedad desean ofrecer sus servicios como vigilantes a cambio de un pago mensual, para lo cual colocan un letrero en la casa de las personas que aceptan sus servicios “Vivienda Vigilada”, advirtiendo a quienes no lo hacen que el hecho de no colocar un cartel en su fachada los releva de toda responsabilidad si se produce un robo en el interior de su domicilio, el temor a las represalias de estas personas, obliga a los residentes a aceptar los requerimientos de estos pseudos vigilantes, que no hacen otra cosa que mantener mayores niveles de zozobra y temor en los barrios afectados con su presencia.

Estos mecanismos de autoprotección informal que asumen los ciudadanos como podemos darnos cuenta, no están referidos a una política comunitaria que toma la prevención en función del ejercicio del control informal de tipo socializador (Prevención social del delito), en la cual el individuo desviado es considerado como el objetivo principal de la intervención. Más bien, se refieren a la expectativa de la disminución del riesgo de que situaciones relacionadas con la violencia delincuencial afecten la esfera privada de las personas (Temor al Delito). Tampoco ponen de manifiesto una Prevención tipo situacional o comunitaria, puesto que la contratación de un vigilante o la colocación de una tranquera en el barrio no involucran al ciudadano con la seguridad de su entorno ni generan autoprotección contra la acción delictiva que podría darse en cualquier lugar donde se encuentre.

Por la importancia de estos nuevos enfoques muchos son los estudios que se vienen realizando con respecto a su aplicación y sus resultados, Por ejemplo para el caso especifico de la estrategia de la Prevención Situacional del Delito que básicamente busca disminuir las oportunidades que el delincuente tiene para cometer un delito, la “oportunidad’ es considerada la “causa principal del delito”. Un estudioso de la Prevención Situacional, el investigador británico Ronald Clarke (1998) sugiere que existen 10 formas en que esa estrategia puede servir eficazmente cuando se disminuye la oportunidad que tiene el delincuente para delinquir. Se trata realmente de mecanismos de auto defensa asociados fundamentalmente al miedo hacia la violencia delincuencial, pero que pueden ser materia de tema de trabajo en talleres, seminarios y eventos de capacitación de la comunidad con la finalidad de gener
ar hábitos de auto seguridad que al ser incorporados a nuestros desplazamientos y actividades propias de las rutinas de trabajo, rutina social y rutina familiar, darán excelentes resultados evitando nos convirtamos con mayor facilidad en víctimas del delito. Sobre el factor “oportunidad” Clarke dice lo siguiente:

1. La oportunidad juega un papel importante en todos los delitos. – En la práctica significa que para prevenir delitos tenemos que hacer más difícil el éxito de la conducta ilícita del delincuente, modificando el entorno para hacer su práctica más difícil y arriesgada al mismo tiempo en que reduce el éxito de la conducta delictiva. Por ejemplo la aplicación de la técnica de “acceso restringido” que consiste en la  colocación de barreras físicas, candados, vallas, puertas, rejas o recepcionistas para restringir el control de acceso a determinado lugar (oficinas, fabricas, residencias); aplicación de la técnica de  "desviación de transgresores"  para reducir "la presencia en espacio y tiempo de delincuentes motivados", se consigue por ejemplo prohibiendo hablar por celulares en el interior de las agencias bancarias, tomar fotografías en lugares de exposición de valiosas obras de arte, cerrando determinadas calles en horas de la noche, imponiendo una hora para cierre de los bares y locales de expendio y/o consumo de licor (medida implementada en Colombia);o aplicando la técnica del “control de facilitadores" que son los elementos que hacen más fácil la comisión de delitos facilitando armas o vendiendo los objetos robados (receptadores).

Otras técnicas aplicables en la prevención situacional del delito son las medidas que tengan por objetivo principal aumentar el riesgo de que el delincuente sea sorprendido o identificado, con lo cual se reduce la oportunidad de éxito de la comisión del delito y la desmotivación del delincuente. Esto se logra por ejemplo colocando carteles que anuncien la decisión de los vecinos de mantenerse alertas “VECINOS VIGILANTES”, colocando garitas o controles de acceso en calles similar a los controles de acceso o salida de edificios o residencia. También se logra a través de la vigilancia formal que realiza la Policía Nacional o a través de vigilancia privada, de aparatos electrónicos (cámaras de circuito cerrado de televisión) y por último, favoreciendo la vigilancia natural que es la vigilancia que hacen los vecinos organizados, como también la que hacen los peatones que circulan por la área.

Finalmente vale la pena hacer referencia "a la reducción del beneficio que espera encontrar el delincuente por el delito practicado"  y eso se logra no solamente endureciendo las penas, sino por ejemplo evitando llevar consigo cantidades fuertes de dinero en efectivo, priorizando el  uso de dinero electrónico, borrando la marca de los toca CDs de los vehículos; La "Identificación de propiedad", en los automóviles marcando el numero del chasis o de la placa también en las lunas de ventanas y parabrisas; "Reducción de la tentación"  evitando hacer ostentación o lujo innecesariamente, evitar concurrir a lugares inadecuados (discotecas, salones de baile; etc.)

2. Los delitos de oportunidad (oportunistas) son altamente específicos – Por ejemplo el delincuente que roba un auto para pasear y divertirse tiene un patrón distinto al delincuente que roba un auto para vender las partes o para su venta con documentos falsificados. La teoría de la oportunidad del delito nos ayuda a encontrar estas diferencias de tal manera que se puedan desarrollar e implementar intervenciones muy específicas, diseñadas a propósito de cada caso.

3. Los delitos de oportunidad se concentran en tiempo y espacio.- Los delitos se incrementan por razón del lugar, evento, festividad, la hora o por el día de la semana, reflejando las oportunidades para su comisión. Hay delincuentes que cometen cierta clase de delitos en el día, otros en las madrugadas y otros al caer la noche.

4. Los delitos de oportunidad dependen de los movimientos diarios de cada actividad.- Los delincuentes y los objetivos buscados se acentúan de acuerdo con sus actividades rutinarias (trabajo, diversión, vacaciones, festividad, etc.) por ejemplo los ladrones visitan a las casas en el día cuando los ocupantes están fuera por motivos probados de trabajo, diversión, paseo. Roban un centro educativo en la noche para apropiarse de las computadoras porque saben que no hay personas trabajando ni estudiando.

5. La comisión de un delito produce las oportunidades para otro – Por ejemplo, el robo a una vivienda exitoso puede motivar al delincuente para regresar en un futuro al mismo lugar, o un joven a quien le han robado su bicicleta puede tomar eso como justificación para, a su vez, el robar una que reemplace a la que le fue robada.

6. Algunos productos ofrecen mas tentación y oportunidad para el delito – Por ejemplo los artículos electrónicos fácilmente accesibles como los Televisores, filmadoras, computadoras, DVD y los teléfonos celulares, son objetos muy atractivos para los delincuentes.

7. Los cambios sociales y tecnológicos producen nuevas oportunidades para los delitos – Los productos son más vulnerables a ser robados durante los periodos de crecimiento y de mercadeo masivo, en la medida que la demanda por esos productos es mayor. La mayoría de los productos llegan a una etapa de saturación del mercado donde ya la mayoría de las personas poseen uno de esos, y con ello, se reduce la probabilidad de su robo. Así por ejemplo los delincuentes prefieren robar celulares de última generación porque será mas fácil introducirlo en el mercado ilegal de venta de especies robadas.

8. Los delitos pueden ser prevenidos mediante la reducción de oportunidades – Los métodos de reducción de oportunidades utilizados por la prevención situacional del delito en todas las actividades cotidianas pueden ser diseñados para situaciones específicas. Éstos tienen como base a la teoría de la oportunidad.

9. La reducción de oportunidades normalmente no desplaza al delito – Un desplazamiento completo del delito es muy raro y muchas investigaciones han encontrado que dicho desplazamiento es muy poco o casi nulo. Pero lo cierto es que las personas que reducen la oportunidad del delincuente para convertirlos en víctimas del delito, gozan de una mayor seguridad personal y por ende una mejor calidad de vida.

10. Enfocando la reducción de oportunidades se pueden producir mayores reducciones en el delito – Las medidas de prevención en un área territorial pueden dar como resultado disminuciones del delito en otra área cercana, debido a que los delincuentes pueden sobreestimar el verdadero alcance de las medidas implementadas. Esto se logra a través de la difusión de las medidas de autoprotección.

Podemos ver entonces con la explicación de este modelo, que hay mucho que hacer en materia de prevención del delito con participación de la comunidad y no solamente esperar que nuestra Policía Nacional resuelva todos los problemas vinculados a la seguridad ciudadana. El reto se encuentra planteado, las autoridades tienen la palabra, existe en nuestra legislación vigente el instrumento legal necesario para desarrollar políticas y estrategias en materia de Seguridad Ciudadana las cuales sugerimos deben ser activadas acorde con los nuevos modernos enfoques preventivos. Es necesario colaborar con la Policía Nacional en la lucha contra la criminalidad y los nuevos modelos preventivos tienen como principales actores a la comunidad y a sus autoridades locales. La policía puede participar activamente en materia de capacitación de la comunidad.

Notas:
El autor es abogado, y Coronel PNP. Para contact
ar al autor el mail es brayan1998_20_12@hotmail.com . Trujillo, 03 de Agosto del 2006.